Biografía de los 2 personajes más votados en Paraguay:

Luis Alberto del Paraná (Altos, Paraguay, 21 de junio de 1926 – Londres, Inglaterra, 15 de septiembre de 1974). Músico y cantante. Su debut fue en 1942 a los dieciocho años de edad en el Primer Certamen de los Barrios. Acompañado por Humberto Barúa y el arpista Digno García, actuó en el antiguo cine Rex, donde asombró al público con su voz de timbre sorprendente. Posteriormente, Paraná forma grupo con Digno García tomando el nombre de “Trío los paraguayos”, con Agustín Barboza, a instancias, según parece, del poeta y político, Epifanio Méndez Fleitas. El 1953 por un decreto firmado por el Presidente de la República, Federico Chávez, y el Ministerio de Hacienda, el Gobierno de la Nación entrega 3.200 dólares, a cada de los artistas para difundir la música paraguaya en Europa, en “Misión Cultural Oficial”. Cumplido el contrato el trío se disuelve, y Paraná forma su conjunto “Los paraguayos”, con su hermano Reynaldo Meza, Rubito Medina y el arpista José de los Santos González, grabando enseguida para Philips de Holanda, dos LP's: "Famous Latin American Songs" y "Ambassador of Romance", que constituyeron de inmediato un gran éxito de venta. La repentina muerte de Paraná supuso un acontecimiento pocas veces visto en Paraguay. La ciudadanía se echó a las calles para dar el último adiós a uno de sus hijos más queridos. 

Augusto Roa Bastos (Asunción, 13 de junio de 1917 - 26 de abril de 2005). Es el más importante escritor paraguayo, a quien se le reconoció internacionalmente con el prestigioso Premio Cervantes (1989). Sus obras han sido traducidas a, por lo menos, 25 idiomas. Su obra proyecta hacia el futuro la literatura paraguaya, gracias al peso que adquiere en ella la cultura hispana guaraní. Su obra narrativa desde El trueno entre las hojas, hace visible la vigorosa literatura popular de tradición oral que ha estado presente en la cultura del Paraguay, que la crítica ha designado como neoindigenismo. La maestría de este autor se aprecia en sus procedimientos y en los diversos elementos que conjuga en su discurso novelesco: testimonios y documentos históricos, que entrevera con otros de invención, de modo que los datos documentales se tornan ficticios al incorporarse a la novela. Se ha destacado de manera especial la imagen que nos ofrece Roa Bastos del célebre dictador Gaspar Rodríguez Francia, que inspira la historia de Yo, el Supremo. El autor entiende lo literario como un hecho de lengua en el contexto de una cultura, compromiso que asumió en su sentido más profundo y raigal.